Belenos RC

Página Web Oficial del Belenos Rugby Club. Equipo de Avilés, Asturias.

“Me arrepentiré toda la vida de rechazar ir al Mundial Junior de Rugby”

Gabel López Blanco (Avilés, 1 de abril de 1979) es uno de los 'veteranos' de la familia del Oxigar Belenos RC, de los que ha vivido los duros inicios del club y también el crecimiento paulatino de la entidad hasta lo que es hoy en día: un club respetado y reconocido en toda la geografía nacional. Por todo ello es una de las voces autorizadas del vestuario blanquiazul. Nos recibe antes de un entrenamiento y hace partícipe a toda la familia del Belenos de lo que ha sido su carrera deportiva, su trayectoria en el Belenos y como vive el presente en una temporada complicada pero que espera termine con final feliz. A día de hoy este segunda o tercera línea, con 35 años y una dilatada experiencia a sus espaldas, sólo se arrepiente de una decisión que tomó en su momento por motivos laborales: renunciar a un Mundial Junior de Rugby, algo que hoy echando la vista atrás le hubiera encantado vivir. Lleva muchos años en esto, pero es el día de hoy que afronta los entrenamientos y los partidos con la máxima ilusión. Tiene muy claro una cosa: "Yo no soy de medias tintas, no concibo entrenar si no es para competir, buscar tus límites y quitarle el puesto a alguien". Son los pensamientos de un enamorado de este deporte.

– Imagino que cuando comenzaste a jugar no existía la labor de captación que se hace hoy en día, ¿cómo te iniciaste en el rugby?

Principalmente empecé por unos amigos. Antes estábamos siempre jugando en la calle, no es como ahora, y un día unos amigos se acercaron al Suárez Puerta cuando estaba todo destartalado y encontraron allí a un señor que se llamaba Lucio y a unos compañeros más mayores que él jugando con un balón ovalado y los invitó a participar. Al día siguiente me comentaron que habian estado jugando a rugby, que se lo habían pasado 'pipa' y que iban a comenzar a entrenar, que aún no tenían equipo pero que se podía formar. Y bueno ahí comenzó todo y así surgió la generación que dio paso al primer Belenos, formando parte primero de la Atlética Avilesina. Gente como Felipe, Nacho, Belarmino, Víctor, que están aún jugando y gente que ya no está con nosotros pero que de aquella empezaba como los hermanos Llamedo, Édgar u otros que lo tuvieron que ir dejando por motivos laborales o personales. Eso sumado a la gente que ya estaba jugando como Pablo Artime, Isra Heres, Jacobo y muchos otros hizo que se juntara una buena generación y se empezara a vivir el rugby de otra manera en Avilés.

– Te inciaste por amistad, ¿qué lo que te hizo dedicarte a ello y tener hoy en día una buena trayectoria en este deporte?

Pués siempre me llamó mucho la competitividad y el sacrificio, demostrar en cada partido que unos cuantos amigos podían competir a base de entrenamientos, lucha diaria contra los elementos como terrenos de juego embarrados, la lluvia. Nos sobreponíamos a todo eso y nos hacía una ilusión tremenda saber que el sábado íbamos a jugar contra el Oviedo, que era un bloque mucho más formado, o el Gijón, que pasaba tanto de lo mismo. Era una motivación demostrar que merecía la pena sacrificarse cuando mucha gente nos decía que como jugábamos al rugby con campos impracticables y 'pegándonos', cuando en la realidad yo llevé muchos más golpes y me hice más lesiones jugando al baloncesto, que era el deporte que practicaba anteriormente. Siempre nos inculcaron desde el principio el sentido de la amistad y de la unión tanto dentro como fuera del campo, pero cuando te medías con rivales de más entidad y comprobabas que cada vez competias mejor y notabas la progresión era cuando verdaderamente tenías ganas de seguir dedicándote a ello.

– Han pasado casi dos décadas desde esos inicios, ¿cómo se consigue que aún hoy en día casi todos sigáis en el club y que os mantengáis tan unidos, cúal es el secreto?

La verdad que no es muy usual, es cierto. Yo creo que lo conseguimos porque todos tenemos un objetivo y queremos todos lo mismo: el bien del Belenos. Costó mucho que se hablara de rugby en la ciudad, tener los conocimientos que se fueron adquiriendo, conseguir las instalaciones de las que disfrutamos y sobretodo que se conozca al Belenos, que se hable tanto de nuestro club. Porque una cosa te voy a decir, allá donde vayamos a jugar un torneo de verano todos conocen al Belenos, en Andalucia todos saben de nuestro partido con el Jaén en una fase de ascenso a División de Honor B que perdimos, se tiene referencias del Belenos en Sant Cugat y en otras plazas y nadie quiere enfrentarse al Belenos porque sabe que va a tener a quince jugadores enfrente que quieren competir y que van a dejarlo todo en el campo para tratar de ganar. Eso te llena de orgullo y yo creo que por ahí va un poco la cosa, ese puede ser el secreto.

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– Imagino que al ser parte tan importante del Belenos y sentirlo como propio os afectará todo mucho más tanto en lo bueno como en lo malo, ¿cómo se vive con ello?

Pués sí es verdad que a veces nos íbamos fastidiados por una derrota inesperada, por un partido que tenías ganado y lo perdías o fastidiado por cuestiones personales. De todo hemos vivido porque siempre recuerdo algo que decía mucho Pirra, que éramos cacapes de lo mejor y de lo peor. Éramos capaces de competir y ganar al líder y de hacer un mal partido y perder con el último. No me digas porqué, sería por las cosas del deporte, porque no estabas mentalizado, porque te confías… Tengo dos ejemplos perfectos de lo que digo de esta misma temporada, dos partidos en los que marchamos 'jodidos' para casa tras perder ante el Salvador fuera y el VRAC en el Pepe Rojo. Contra el Salvador porque no fuimos capaces de jugar a nada. De repente nos encontramos quince 'tíos' que estábamos jugando bien, ya con Mario en el banquillo, y no fuímos capaces de crear nada, no nos salía nada, no veías intención ni corazón, no era el día. Y luego hay partidos en los que sales muy cabreado como ante el VRAC Quesos Entrepinares B en los que lo diste todo, peleaste cada balón hasta el último instante, jugaste, desarrollaste tu sistema y cuando vuelves en el autobús vas comiéndote la cabeza y pensando que salió mal si todo el equipo hizo su trabajo y el resultado no salió. La verdad que son momentos duros. Y luego está lo extradeportivo, que se sufre más si cabe. Cuando a un compañero le ha sucedido algo en el plano deportivo o en el personal siempre duele y tratamos de darle nuestro apoyo e irnos a tomar algo o salir si es necesario. Yo creo que es algo normal, a todos nos gustaría cuando pasemos un mal momento que nos apoyaran y estuvieran a nuestro lado.

– En tú trayectoria has tenido convocatorias con la Selección Española cadete y junior, además de haber tenido la oportunidad de acudir a un Mundial, algo que descartaste por motivos laborales, ¿te has arrepentido en algún momento?

Me arrepentiré toda la vida, eso te lo digo desde ya. Me arrepentiré siempre, al igual que cuando me puse con el título de entrenador con el Belenos no haber tirado un poco más por el deporte en cuanto a estudios, porque además es algo que me gusta. El otro día estuve en el partido de los cadetes y estaba en la grada y me daban ganas de bajar y tomar parte, ayudarles y comentarles cosas.

En cuanto a las convocatorias con la Selección Española yo era un año menor que los Felipe, Belarmino, Nacho…etc, por lo que estaba un año más en la misma categoría y eso me beneficiaba a la hora de ser seleccionado. De aquella tenía unas medidas bastante grandes, media 180 cm y pesaba más que ahora, unos 100 kilos. Además no eran 100 kilos 'muertos', eran 100 kilos que se movían bastante bien y ya te digo que para la edad, 16 años, era bastante grande, y eso era algo de lo que se valían mucho en esos años, del tamaño. En la Selección fue cuando me di cuenta de la diferencia tan grande de nivel que había entre lo que jugábamos en Asturias y en el resto del país. Nada más llegar el entrenador me preguntó: ¿Tú, de que juegas?, le respondí que de pilier y me dijo: 'Pués tu vas a jugar de tercera'. Posteriormente me di cuenta que los pilieres en la selección aún me sacaban a mí 20 kilos. Aprendí mucho y me lo pasé bien. Luego fui preseleccionado para el Mundial Junior, pero entonces empecé a trabajar y nos mandaban tablas de trabajo para el gimnasio. Entre que no disponía de mucho tiempo, que en Avilés sólo había dos gimnasios y que de aquella no tenías el concepto de entrenar en el gimnasio para prepararte, dejé escapar una buena oportunidad para tener ocasión de estar en buenos equipos de Dvisión de Honor B o División de Honor. Ahora es diferente y yo mismo trato de inculcarles a los jóvenes que tienen opciones de progresar la importancia de disponer de una ayuda con el gimnasio y tratar de aprovechar todas las oportunidades que se te presenten.

– ¿Tiene el Belenos margen de crecimiento como club tras el fantástico trabajo que se ha realizado para que la entidad blanquiazul sea lo que es hoy en día?

Siempre es complicado, pero ya lo ha sido más que lo es ahora. Recuerdo que por ejemplo hace cuatro años se empezaron a hacer las visitas a los colegios para hacer una labor de captación a través de jornadas abiertas, entrenamientos específicos, lo hemos probado todo para que el niño, la niña o sus padres lo prueben. Que nos visiten, que jueguen un partido y que vivan la experiencia porque todavía hay mucha gente que tiene el concepto equivocado del rugby como un deporte violento y para nada es así. Nos llevamos golpes, es un deporte de contacto, pero cualquiera que se va a caer en la calle o se va a llevar un golpe se protege, amortigua el golpe y esto es un poco lo mismo. Todas las lesiones que he visto en el rugby es porque le cae encima alguien o le queda una pierna atrapada o algo así, por accidentes, casi nunca por golpes directos con un rival.

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– La Escuela Previtalia Medica Belenos RC está haciendo un buen trabajo y se van viendo resultados con dos subcampeones de España y buenos valores que vienen por detrás mejorando, ¿consideras algo muy importante el que los jugadores estéis implicados en la cantera y los chavales tengan una referencia dentro del club?

Sí, es importante. A mí me pasaba de joven, que estabas jugando a muy buen nivel en tu categoría y de repente te subían a los equipos grandes y te veías jugando con Isra Heres, Lalo….y sólo era capaz de pensar: 'Pero si a mí estos 'personajes' sólo con caerme encima me matan'. Pero no se si era por la ilusión, la tenacidad, por estar preparado o porqué, pero acababa el partido y decía, bueno no fui de los mejores pero competí y salí adelante. Pues ahora eso mismo lo tienen que pasar los que están empezando a subir a los primeros equipos para dar el salto a Regional o Nacional desde juveniles. Es beneficioso que te aconsejen y te guíen y lo bueno es que ahora los chavales empiezan a jugar mucho más pronto que lo hacíamos nosotros, cuando mucha gente empezaba a los 20. Hoy en día un chaval de 17 años lleva 10 jugando y el físico evoluciona igual que lo hace el rugby y de repente te das cuenta que saliste 'vivo' de un partido en Regional, Nacional o División de Honor B, que estás preparado. Yo creo que eso les tiene que motivar a entrenar y prepararse más y mejor. Hay que tener en cuenta algo que me comentaba un día alguien que entiende de esto. Un jugador empieza a ser bueno a partir de llevar 10 años jugando, por eso la importancia de lo que te comentaba antes, ya que ahora un chaval con 24 años puede ser un titular de un primer equipo.

– Restan cuatro partidos para ir a muerte con el objetivo de la permanencia, ¿cómo lo estáis viviendo en el vestuario?

Aunque es cierto que el club no nos mete presión de ninguna clase sí es cierto que todos sentimos que no podemos fallar. Los partidos ante el Salvador y el VRAC nos han dolido mucho a todos, aunque unos lo demuestren más, otros menos y otros no lo demuestren, lo llevamos dentro. La presión es interna, porque nosotros sabemos que somos mejores de lo que estamos demostrando, no somos un equipo para pasar apuros, pero luego hay que pensar que es un año atípico, con cambios en el equipo, jugadores que no están pudiendo entrenar todo lo que quisieran. Estamos en una categoría que es mucho más exigente a nivel físico, el ritmo de juego es mucho más alto, se juega muy rápido y ello requiere horas de entrenamiento, gimnasio y entrenar cuatro días a la semana. Un jugador que quiera estar a buen nivel en esta categoría sólo se puede permitir 15 días de descanso a lo largo de la temporada, el resto de días tiene que correr, ir al gimnasio, entrenar y eso es así. Cuesta adaptarse y es posible que nos haya pasado factura.

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¿Eres optimista, dada tú experiencia, de cara a manteneros en la División de Honor B?

Yo creo que sí porque como te dije antes somos capaces de lo mejor y de lo peor. Últimamente lo estamos haciendo bastante mal por lo que espero que retomemos la buena línea que estábamos mostrando antes de los últimos partidos. No se si ha sido relajación, que no estábamos lo suficientemente centrados. Lo que sí te puedo asegurar es que desde el presidente, pasando por el entrenador y hasta el último niño de la cantera sabemos que lo vamos a dar todo para permanecer en la categoría. Todos los que han venido a algún partido al Muro de Zaro sabe que va a disfrutar con un grupo de Nacional atractivo, con un buen partido, y además de que luego hagamos un buen tercer tiempo y demás saben que van a presenciar a un grupo de personas que nos vamos a dejar la piel por nuestros colores. Y eso vale mucho.

– La afluencia de aficionados en el Muro de Zaro es superior a muchos campos de División de Honor, imagino que orgullosos de nuestra afición.

Es cierto que es algo que llama la atención. El año pasado fue una temporada más tranquila en la que al contrario que este todo salió rodado, desde la planificación, a los fichajes, el equipo con los tiempos bien marcados, con un rendimiento de menos a más, una Liga mucho más asequible y en la que sabíamos que teníamos equipo para quedar campeones y así fue. Entonces la gente venía porque éramos un equipo ganador, que practicaba un juego alegre, con resultados abultados y sabían que iban a disfrutar con el equipo. Y este año yo creo que los tenemos enganchados por el sufrimiento, porque no saben qué va a pasar. Tanto pueden encontrarse al equipo del año pasado y pasarlo genial como en otro tienen ganas de decir: “¿Qué hacen estos chavales?”. Entonces pienso que ellos saben que tienen un mejor equipo de rugby que lo que demuestra la clasificación y estamos seguros de que estarán con nosotros a muerte en los dos partidos que nos restan en casa. También sería importante para nosotros que nuestra afición se desplace a Oviedo en el importantísimo partido que tenemos allí. Aunque parezca mentira nosotros desde el campo notamos mucho el aliento de los nuestros desde la grada y es importante que vaya gente de Avilés para un partido tan importante.

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FOTOS: Juan Granero


 

 

 

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